sábado, enero 15, 2005

Orden

El día amaneció nublado. Mi tristeza se pasea por la calle, la gris calle. Soy muy distraído. Me causa problemas, Sara se enoja. Hago café mientras una cumbia se disuelve en el trayecto de mi departamento al del vecino, abajo... tengo que volver a hacer café, me entretuve leyendo revistas y el agua se evaporó... mi existencia está hecha de multitud de pequeños eventos que circulan por el tiempo remezclándose. Es la facultad dinámica del Universo. Desde que tengo uso de razón recuerdo que mi cuerpo cambia. Llevo dos días sin bañarme y ya apesto. Uno está forzado a luchar contra el tránsito de la existencia, como el guardián de una represa. Aquí, todos los días una pequeña fuga. No pasa nada. Aún. Puedo dejar correr el agua por la fisura y nada. Otro día, otra fuga. El primer día yo ya sabía que debía tapar la primera fuga. Ahora es más difícil, son dos fugas. Y mañana tres. Y detrás del aparentemente sólido muro de lo cotidiano, una presión hidraúlica capaz de perforar mi cuerpo, de despedazarme en mil partículas, en pequeñas fugas de sangre, de vida.

Por todo el departamento que rento, se encuentran "Instrumentos del Hombre" en el más completo desorden: libros, revistas, basura, polvo, lápices, ropa, cajas, recipientes; pequeñas pero numerosas fugas de orden, cuya responsabilidad ineludible hace que me tropiece con la escoba, el garrafón del agua, que me siente, arrugue y hasta rompa documentos importantes. Hace un mes perdí mi Acta de Nacimiento; en realidad no la perdí hace un mes, sino que hace un mes la necesitaba para unos trámites y no pude encontrarla en el maremágnum de celulosa...

... varias veces he intentado poner orden en mi vida. Períodos de intensa actividad. Pulcritud. Higiene. Organización. Casi casi un Estado ambulante. Rígido. Pero la actividad genera información, información que debe asimilarse, almacenarse, en una palabra: necesita de actividad para no degenerar en caos informativo. Un círculo vicioso para el que no encontré más salida que el otro círculo vicioso de la inercia...

... ya me acabé mi segunda taza de café y me decido a leer la nota pegada al refrigerador. "Me largo. Sara." Ser distraído me causa problemas, pero ahora sí que voy a tener en qué distraerme, largas, largas noches y días para pensar en tí, Sara.