sábado, enero 15, 2005

Lo esencial es lo que importa

Si te lo cuento es por la necesidad, estas cosas no se pueden traer en el pensamiento y vivir sin contarlas, no me importa lo que pienses después, allá tú. Tardé mucho pensando cómo hacerlo, pero ahorita, las palabras salen solas.

A él lo conocí por pura casualidad. No es cierto, yo busqué la oportunidad y ésta se me dió la noche de la fiesta, uno de esos festejos aparentemente ocasionales, pero donde todos ya saben el final. Alejandra me lo presentó mientras nos narraba no sé qué historia, acerca de la venganza de una mujer contra su marido; nos dió tanta risa que hasta lágrimas nos salieron - al contrario, la historia requería nuestra participación, debíamos llorar con el máximo realismo, lo cual nos hizo reír - luego me llevó a ver sus dibujos, tiene uno muy chistoso con demonios chiquitos saliendo de la boca de un hombre azul, que se desvanece hasta convertirse en el cielo.

Alejandra decía que la mujer estaba secuestrada por su marido, quien la violaba y, sobre todo, la obligaba al fellatio - que se la mamara pues - ¿Cómo se conocieron? Quizás en una fiesta, quizás Alejandra los presentó, eso es muy probable porque uno de los dos no era lo que aparentaba, así como el personaje más callado del cuento - la esposa - quien al final se revela capaz de concluirlo, cuando castra al marido de una mordida.

El me dijo después que el acertijo consistía en deducir quién se moría: si el hombre por la hemorragia o la mujer por atragantamiento. Yo sospecho que quien inventó la historia fue él, y Alejandra sólo la divulgó, aunque él dice que Alejandra es viuda y estuvo algunos años en el Psiquiátrico.

La verdad es que nunca tuve el gusto de verlo en persona, pero si tú juntas al coeficiente con los productos e inviertes la relación, pues te da algo que faltaba: la x. El era como esa x, juntabas a Alejandra, a los esposos, a mí y había algo que faltaba, le ponías tantita cabeza para invertir las relaciones y ¡zas! un metro ochenta, pelo ondulado, con profesión de dibujante y afición por las relaciones orales, etcétera.

Tú ya sabes cómo es ella, bueno, pensé que sabías, con todo lo que ha dicho de ti. Claro que después aclara: no es que yo diga eso, sino que me imagino lo que podría decir y me imagino que lo digo, entonces cuando hablo les canto una canción de moda, pegajosa. Y yo, como quiero hacerme la idea más certera de ti, no me tomo en serio sus palabras, sino que me imagino que lo oigo y entonces ya no me sorprende todo lo que oigo sobre ti. Pero no te preocupes, tú sólo imagínate que estás muerto y que no puedes hacer nada al respecto.

Pensando las cosas de nuevo, creo que Alejandra es dibujante, creo que en ésa fiesta conocí a mi pareja, creo que has sido tú quien vino a complicarlo todo, tú inventaste el chisme sin hablar, cuando nos sacaste la sopa, uno por uno. Ahora que pienso en tí, puedo ver el rompecabezas completo, hecho de piezas falsas, construyendo por fin la verdad: dos personas hicieron el amor, otra se murió y alguien está contando una historia.